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lunes, 1 de agosto de 2011

Capítulo 5: Sin Confianza


Capítulo 5: Sin Confianza

Esa misma noche que pasó lo de Poochy me quedé despierta, sentada en la cama con el perro en mis piernas que estaba dormido plácidamente, como si nunca le hubieran dado esa paliza tan brutal. Lo miré, acariciándole la cabeza con suavidad para no despertarlo. Estaba, a la vez sorprendida y a la vez preocupada, preocupada porque creía que podría recibir otra paliza y sorprendida por haber curado a Poochy con lo que parecía el Benzene, pero eso no podía ser ya que el Benzene es de los puntiagudos…y yo no era un puntiagudo. Me toqué las orejas para comprobar que seguían siendo normales, pero lancé una leve risita por la estupidez que se me había ocurrido. Lo único que hice fue estar quieta, mirando al cielo y dejar pasar el tiempo.

Cuando vi que el despertador ya marcaba las 7:00 a.m., dejé a Poochy en la cama con cuidado para no despertarlo y me levanté, acercándome al espejo del cuarto. Mis ojos estaba rojos de llorar y con un poco de ojeras, el uniforme tiene manchas de sangre y estaba perfecta para ir al instituto. Al soltar esa ironía, me quito la ropa y me pongo otro uniforme que tenía y me peino, dando un aspecto más cuidado, aunque las ojeras se notaban bastante pero no hice nada para solucionarlo, tan solo salí de la casa y me dirigí al instituto. Extrañamente, cuando llegué a la puerta del instituto, no me encontré a Rin aunque eso supuso para mí un gran alivio y entré en el edificio y subí la escalera. Entré en mi clase y me senté en mi sitio. Minutos antes de que tocase, entró Rin y se sentó, mirándome como si quisiera decir algo.

-He, tú, humana –me llamó y giré mi cabeza para verlo. Estaba sonriendo –que mala cara tienes, ¿eh?

-No te interesa –respondí para volverme, pero algo me impidió hacer eso que fue la respuesta de este.

-¿Y qué tal el chucho ese? –Preguntó con una sonrisa -¿lo encontraste? –Miré a otro lado, pero Rin siguió hablando –Seguro que está muerto ahora mismo.

Y algo dentro de mí salió, una mezcla de enfado y odio. Cuando me di cuenta, me había levantado y había tirado a Rin al suelo con bastante fuerza. Rin estaba algo asustado por lo que estaba pasando y levanté mi brazo para pegarle un puñetazo con fuerza en la cara, pero algo impidió eso, una mano grande. Giré mi cabeza para ver quién era, era Nergâl el que había impedido dar el puñetazo. Con bastante fuerza me puso en pie.

-¿Qué es lo que ha pasado aquí? –preguntó mirándome, pero dirigió su mirada hacia Rin.

-¡Yo esta vez no tengo culpa de nada! ¡Ha sido ella la que se ha abalanzado sobre mí! –se excusó Rin, levantándose.

-¿Es verdad, Marie? –preguntó y esta vez se me quedó mirando. Yo solo agaché la cabeza, sin mirarlo –Todos en sus sitios sentados y tranquilo, y tú Marie, vienes conmigo –Y me indicó que caminara con él.

Recogí mis cosas y salí de la clase, caminando junto a Nergâl. Bajamos las escaleras y entramos en uno de los departamentos que había en la planta baja, aunque a esa hora estaba vacía. Me indicó que me sentara en una de las sillas y así hice, pero sin mirarlo en ningún momento a la cara.

-¿Qué es lo que ha pasado, Marie? –me preguntó, mirando por la ventana, esperando a mi respuesta.

-Pues… -intenté explicarlo con palabras, pero no me salían –Es por Poochy…

-Una broma suya de mal gusto, ¿no? –dijo Nergâl, comprendiendo lo que pasaba. Se acercó a mí con una leve sonrisa –pero ten más cuidado, aunque sea Rin, es un Asmtred y es peligroso que lo tome muy a pecho contra ti.

-Va…vale… -dije, mirándole de reojo –gra…gracias…

-No hay de que, ¿Y Poochy? ¿Está bien? –asentí con la cabeza, respondiendo a su pregunta –Me alegro. Y ahora, hay que ir a clase…

Los dos salimos de la sala y volvimos a subir las escaleras, llegando hasta la clase. Todos estaban en sus sitios sentados, pero hablando casi a gritos. Entramos y todos se callaron, fijando sus miradas en mí, Nergâl me indicó que me sentara y así hice, con la cabeza medio agachada.

-Bien, ya he hablado con ella y todo esto está solucionad -El profesor fijó su mirada en mí y luego a la clase en general –así que olvidemos este asunto y a empezar la clase.

Y a partir de aquí, todo el día ya pasó más o menos con tranquilidad, aunque nadie se atrevía a acercarse a mí y Rin no me gastó ninguna de sus bromas, aunque me miraba con bastante frecuencia. Y al fin, tocó la campana. Recogí mis cosas y me dispuse a irme, pero en el pasillo, uno de los profesores se acercó a mí y me entregó varios papeles.

-Eres alumna de Nergâl Chrindgùl, ¿verdad? –Asentí con la cabeza- tengo mucha prisa…dale esos papeles por mí, es urgente. Está en la sala de profesores –el profesor hizo una leve reverencia y se fue casi corriendo del lugar.

Lancé un leve suspiro y empecé a caminar, mientras veía los papeles que me acaba de dar el profesor. Al menos tenía excusa para ir a verlo y agradecerle por lo de esta mañana y, algo más animada, bajé las escaleras hasta llegar a la sala de profesores y me dirigí a golpear, pero hubo una voz que me impidió hacerlo. Dentro de la sala de profesor, escuchaba la voz de Nergâl y de otros profesores hablando tranquilamente.

-¿Es verdad que la humana ha atacado a Rin Asmtred? –Hubo un pequeño silencio de segundos y el mismo profesor volvió a hablar –Esa humana está loca, en serio, no sé cómo el director ha dejado que esté dentro.

-Marie es una chica muy lista y tranquila –dijo Nergâl. Me sacó una leve sonrisa, pero desapareció cuando oí a varias personas reírse.

-¿No me digas que Nergâl se ha encariñado con esa aberración? –y las carcajadas eran más y más elevada.

-¡Pe…pero que decís! ¿Cómo me voy a encariñar de una humana, idiotas? –respondió Nergâl, que se le oyó con cierto desprecio. –Al fin y al cabo es una alumna más.

-Menos mal, Nergâl, porque serías una vergüenza –Dijo otro profesor que había dentro.

Mientras, afuera, estaba quieta abrazando a los papeles y mirando a la puerta, hasta que recibí un leve golpe en el hombro y me hizo girarme. Me vio con la cara roja, aguantándome las lágrimas, abrazando a los papeles. El que me hizo girar era uno de mis 4 profesores, Kisshu Margar, profesor de idiomas, que me miraba fijamente, sin entender muy bien que es lo que pasaba.

-¿Qué es lo que pasa? –preguntó y miró a mis papeles.

-Puedes… ¿puedes darle esto a Nergâl? –pregunté y, sin esperar a que respondiera, le di los papeles y me fui casi corriendo hacia mi casa.

Kisshu entró en la sala y vio a varios profesores con Nergâl hablando. Este se acercó a Nergâl y le entregó los papeles, sonriendo como siempre hacia y este miró a los papeles, echándole una leve mirada para saber de lo que trataba. Cuando ya supo que es lo que era, guardó los papeles en su cartera y miro a Kisshu.

-¿Te los ha dado el profesor Hiyû? –preguntó, mirando.

-No, me lo ha dado esa chiquilla tan mona…la humana a la que le doy clase…Marie se llamaba, ¿no? –miró a Nergâl, que este lo miraba con duda y sorpresa.

-¿Mona? ¿Qué esa humana es mona? –un profesor que estaba por ahí habló y empezó a reírse –Kisshu… ¿lo dices en serio? –Nergâl se quedó pensativo, mirando la escena y la respuesta de Kisshu.

-Muy en serio, yo no soy tan cerrado de mente como tú –le dedicó una sonrisa hacia ese profesor y miró a Nergâl –Aunque parecía muy triste y estaba plantada en frente de la puerta y no entraba…

Y Nergâl se levantó con bastante rapidez, cogió su cartera y salió del lugar dejando a los demás profesores en la sala atrás. Miraba a todos lados, sin creerse de que Marie hubiera escuchado la conversación que habían tenido en la sala de profesores. No sabía el por qué le importaba el estado de Marie, pero lo estaba. Como no la encontraba, se rindió y se dirigió a su coche, pensando en que mañana podría hablar.

Mientras, yo ya había llegado a la casa y estaba tirada en la cama, abrazando a un peluche de un conejo blanco y Poochy sentado en el suelo, mirando como Marie se aguantaba las ganas de llorar por todo lo que había pasado. Sin duda, no creería volver a confiar en algún puntiagudo.

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